En el octavo día" - ¿cuál octavo día? Según la interpretación literal, se refiere al octavo día después de los siete días durante los cuales Aarón y sus hijos se ubicaron a la entrada de la Tienda de Reunión antes de la consagración del Tabernáculo. Luego, la consagración del Tabernáculo ocurrió en el octavo día, sin embargo, esto no nos satisface del todo porque cuando el lector hebreo lee en la Torá “en el octavo día”, resuena en él en el séptimo día de la creación del mundo. La Torá nos dijo en la porción del Génesis que cuando el Santo, Bendito sea, "descansó", es decir, dejó de crear, entramos en el séptimo día, pero la Torá no dice que el séptimo día terminó. Podemos aprender que toda la historia está contenida en el séptimo día de la creación del mundo, y anticipamos la aparición del octavo día de la creación, en el que el hombre y el Santo, Bendito sea, se encuentran cara a cara. El Tabernáculo fue la oportunidad para el surgimiento del octavo día - "En el octavo día." Es decir, en el Tabernáculo, al menos, llegamos a un mundo en el que el encuentro entre el Creador y lo creado es posible. Sin embargo, ocurrió un incidente. Se puede decir que el incidente de Nadab y Abiú interrumpió ligeramente el plan, por lo que todavía estamos en el séptimo día, y sólo aquel que merece entrar al Templo también merece encontrarse cara a cara con el Creador en el octavo día, el cual se contrae al lugar del Sagrado Templo. Sin embargo, no se puede decir que haya sido un fracaso absoluto.
Nadab y Abiú pagaron un alto precio debido a la inspiración de la Presencia Divina en el Tabernáculo. Pero gracias a esta inspiración se produjo un encuentro entre dos Torá: la Torá de Moisés y la Torá de Aarón. Hasta ahora, en las porciones, hemos visto partes de la Torá de Moisés, que exige que el hombre sea perfecto, que se rija por el intelecto. No hay pecados según la Torá de Moisés. En contraste, la Torá de Aarón es amigable con el pueblo de Israel; una persona puede pecar y fracasar, pero incluso si fracasa, hay una solución y la expiación es posible. Y esta es la Torá de Aarón. Y aquí, en nuestra porción, vemos una disputa halájica después de la muerte de Nadab y Abiú, y es cuando Moisés ordena una cosa y Aarón y sus hijos hacen otra. Moisés viene con graves acusaciones: ¿por qué transgreden la palabra de Dios que les transmití? Y luego Aarón, en una disputa halájica, le dice a Moisés, te equivocas al entender lo que estás transmitiendo. Es decir, aquí se revela algo increíble: la palabra de Dios es transmitida por Moisés; la interpretación de la palabra de Dios depende de la Casa de Estudio, y en la Casa de Estudio, Moisés y Aarón son iguales, y en nuestro caso, la ley sigue las palabras de Aarón. Esto significa que la Presencia Divina, anteriormente en el cielo, descendió a la tierra. ¿Pero dónde en toda la tierra? En la Casa de Estudio. La revelación divina continúa en la Casa de Estudio y la Torá oral se transmite de generación en generación.