El libro de Deuteronomio, que comienza con Parashat Devarim (palabras), es el libro de Eretz Yisrael. (La Tierra de Israel)
La Tierra de Israel ciertamente está destinada al Pueblo de Israel, pero lo que el Pueblo de Israel hace en la Tierra está destinado a ser un modelo a seguir para toda la humanidad. Después de todo, toda la Torá, en sus primeros cuatro libros, brinda una serie de instrucciones, mitzvot y leyes. Pero ¿entendemos a qué apunta todo esto?
En contraste, en el libro de Deuteronomio, de repente vemos que todas las mitzvot están dispuestas como la constitución política del pueblo hebreo en su país. Y esto nos revela que la intención la Torá es establecer un orden político, algo que es exclusivo de la Religión Judía.
Las religiones no están directamente relacionadas con la cuestión política. Incluso se considera que esto sería una mezcla de dos especies separadas y diferentes. La gente piensa que la Religión se ocupa únicamente de los asuntos del individuo, mientras que el Estado se ocupa de los asuntos de la sociedad. El mundo ya se ha condicionado a creer (a través del cristianismo) y a aceptar la siguiente declaración: "Dad al César lo que es del César ya Dios lo que es de Dios". El judaísmo considera que esa actitud es problemática.
En Deuteronomio, la Torá revela que este no es el camino correcto. ¡Lo que pertenece al emperador pertenece a Dios! El orden apropiado de la sociedad es de hecho la preocupación del Santo, bendito sea. En consecuencia, ¡se debe enseñar todo lo contrario de la declaración antes mencionada!
La obligación de tratar los asuntos políticos se deriva de que la política es la principal palanca para hacer avanzar los asuntos en la humanidad. Por lo tanto, debemos asegurar la santidad (incluso) en la política, que es de lo que trata el Libro de Deuteronomio.
Ahora podemos entender que lo que hace el pueblo de Israel en su país está destinado a ser un modelo a seguir para otras naciones. Cada nación debe tomar como modelo de sociedad las pautas de los caminos del Pueblo de Israel, cada país según le convenga. Es por esto que uno de los siete mandamientos de los Hijos de Noe es la obligación de establecer un sistema legal justo. Esto significa que cada nación debe establecer una institución social apropiada que será un marco para un comportamiento social justo y recto y no solo para la espiritualidad. El Deuteronomio enseña que es un principio fundamental religioso que la sociedad se preocupe por la justicia y la honestidad para todos.