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Parasha de Noé: la torre de Babilonia: Unidad, no uniformidad

La historia de la Torre de Babel aparece en la porción semanal de Noé y es una de las historias fundamentales de la Torá. Nos revela el secreto de la dispersión de la cultura humana. La Torá describe que una generación después de que la humanidad lleno el mundo de violencia y hurto, lo cual trajo la autodestrucción, el Diluvio; ahora intenta construir una torre para evitar la próxima inundación.

 ¿Cuál es la conexión entre la Torre de Babel y la prevención de un nuevo Diluvio? El Midrash sugiere que la gente de la Torre de Babel, querían construir un pilar que sostuviera el firmamento y evitara que el cielo colapsara, cayera, e inundara el mundo nuevamente. Es evidente que la Torá no nos contará una historia tan infantil sin intenciones subyacentes.

 La intención de la historia de la Torre de Babel es que ellos entendieron que la violencia surge porque los humanos somos diferentes entre sí. Por tanto, surgió la idea totalitaria con el objetivo de crear una humanidad unificada. ¿Cómo se crea una humanidad unificada? Haciendo que todos se dediquen a lo mismo. Todos juntos construirán una torre. Durante la construcción de la torre nacerán personas y morirán sin siquiera ver la estructura terminada. En otras palabras, se trata de una sociedad humana donde el individuo ya no tiene importancia y sólo se da valor a lo colectivo.

Esto se expresa en la obra Midráshica de Pirkei DeRabbi Eliezer. Allí leemos: "Cuando una persona caia de la torre y moria durante la construcción, nadie le prestaba atención. Sin embargo, si un ladrillo caía y se rompía, todos lloraban y decían: '¿Cuánto tiempo falta para que lo repongan? '

Del resultado de esta historia podemos aprender claramente que su intento fracasó. La idea de crear una humanidad donde no haya diferencias entre identidades, ni diferentes culturas, ni diferentes personalidades, en última instancia, a pesar de todas las buenas intenciones detrás de ella, creará una especie de infierno.

Posteriormente, tras la caída de la Torre, se produce otro intento de unificar a los hombres. Sin embargo, este intento sólo se insinúa en la Torá y fue realizado por un hombre llamado Ashur. Como está escrito: “De aquella tierra salió Ashur”. Rashi dice, como Ashur vio que sus hijos se habían rebelado, cuando obedecieron a Nimrod para construir la torre, el los dejó y salió solo. Vemos que este hombre, Ashur, el fundador de la nación Asiria, es en realidad un hombre justo. Rechazó la idea de que los individuos no importan. Podríamos preguntarnos: ¿por qué entonces no fue elegido para fundar un pueblo elegido para redimir a la humanidad?

La respuesta es muy simple. Los asirios se rebelaron contra Nimrod, pero construyeron Nínive. Nínive es la alternativa a Babel, pero "pero en Nínive también está Babel". En otras palabras, a menudo el rebelde, luego que triunfa su rebelión, quiere ser él mismo el gobernante. Por lo tanto, se convertirá en un gobernante más difícil que el tirano que luchó por derrocar.

Nos enteramos de que sólo después de que todos estos intentos tuvieron lugar, aparece la maravillosa figura de nuestro antepasado, Abraham. La Torá dice de él: "Y en ti serán benditas todas las familias de la tierra". La tarea de Abraham no es imponer su identidad a toda la humanidad sino, por el contrario, pretende ser un punto de encuentro para toda la humanidad.

Este es el hermoso concepto de "un pueblo elegido de todas las naciones". El objetivo es que todas las naciones sientan que existe este punto central que irradia bien sobre todos, sin exigirles que cambien. La lección es llegar a la Unidad, la unicidad, pero no la uniformidad. Unidad, significa que todos los diferentes individuos permanecen en su diversidad, pero se conectan a un punto central con el amor.

Éste es el destino y el objetivo del pueblo de Israel.

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