Una ceremonia que es toda una alianza entre el hombre y el mundo como parte de la cadena de generaciones.
La escena del ritual de sangre en la película "Indiana Jones y el templo maldito", en la que se ve al sacerdote extrayendo un corazón palpitante de su víctima, es un ejemplo extremo y dramático de representación cinematográfica de rituales antiguos. Estas descripciones suelen presentar estos rituales de forma estereotipada y violenta, como parte de culturas "ajenas" y "primitivas". Sin embargo, la realidad histórica y cultural es mucho más compleja. Si bien las películas presentan los rituales de sangre como violentos y llenos de sufrimiento, en muchas culturas la sangre se ha utilizado como un símbolo profundo con múltiples significados, como la vida, la conexión, el sacrificio y la purificación.
En este contexto, los rituales de sangre no siempre incluían sacrificios humanos, sino que a menudo se utilizaban para fortalecer los lazos sociales, la transición ritual o la conexión con la naturaleza. Ejemplos de ello se pueden encontrar en diversas ceremonias indígenas, en las que la sangre se utilizaba simbólica y pacíficamente para conectar, creando una alianza, un pacto entre los humanos y la naturaleza, entre generaciones y entre mundos diferentes, estableciendo una conexión profunda y arraigada.
Alianza del Primer Mundo
A diferencia de los rituales humanos destinados a conectar a los seres humanos con la naturaleza o entre sí, la Biblia menciona principalmente pactos entre el Creador de nuestro mundo y el hombre. Estas alianzas se caracterizan por dos profundas diferencias: primero, son una decisión divina real, no una imaginación humana que busca conectar al hombre con la naturaleza o con alguien más. segundo, hacer un pacto entre Dios y el hombre es inalterable para el hombre, lo que lo convierte en una dimensión espiritual más profunda.
Por ejemplo, la diferencia entre los pactos divino y humano es particularmente notable en el pacto entre Dios y Noé después del diluvio. A diferencia de los rituales tribales, donde a veces se usa la sangre como agente vinculante, no se menciona ningún ritual de sangre en el pacto con Noé. El pacto se basa en una promesa divina de que no habrá más diluvios, y su signo externo es el arcoíris. Este pacto no es resultado de una acción humana, sino de una decisión divina, que vincula a Dios y al hombre.
El pacto con Noé es el primer pacto entre Dios, el Creador de nuestro mundo, y el hombre. La Biblia lo denomina el "Pacto Eterno" (en hebreo: ברית עולם, pronunciado Brit-Olam, que abarca ambos significados). Se le llama así tanto en el sentido de duración, ya que Dios promete que el diluvio nunca volverá al mundo, como en el sentido de influencia, ya que este pacto se aplica a todo el mundo y a todas las almas que lo habitan. El pacto con Noé es la base de todos los pactos posteriores y expresa la voluntad divina de sustentar el mundo y no destruirlo como ocurrió con el diluvio .
Un pacto mundial en el más allá: redención de Israel y redención para el mundo
Ahora, pasemos a la última vez que la frase «pacto universal» o «pacto eterno» [Brit-Olam] se menciona en la Biblia, como se presenta en el libro de Ezequiel, capítulo 16, versículo 20. Según el profeta, Israel y el mundo serán redimidos cuando el pueblo judío regrese a su tierra y reunifique el reino dividido, Judá y José. Este evento simbolizará la renovación del pacto de Dios con Israel. Se le pide simbólicamente al profeta Ezequiel que tome árboles y los recoja como metáfora de la unificación del pueblo.
El pacto que se hace aquí es diferente del pacto con Noé. Mientras que el pacto con Noé enfatiza la promesa de que no habrá más diluvios, aquí se hace hincapié en la unificación del pueblo y el regreso a su tierra. Este pacto garantiza la restauración del pueblo judío y la renovación de su relación con el Creador del mundo.
Otro aspecto importante es la influencia global de esta alianza. Más allá de la unificación del pueblo judío, el pacto anuncia una nueva era en la que toda la humanidad alcanzará la paz y la tranquilidad gracias a la unidad. La redención misma del pueblo de Israel se considera una causa significativa de este cambio en el mundo, como ya se puede observar hoy entre personas de todas las naciones del mundo. La idea subyacente es que el pueblo judío, tras un proceso de arrepentimiento y corrección, servirá de modelo a seguir y de bendición para todas las naciones.
El libro de Ezequiel puede interpretarse como una promesa de que el pacto mundial no es solo un acontecimiento histórico puntual, sino un proceso continuo. El pacto con Noé marcó su inicio, y el pacto de redención en el libro de Ezequiel indica su culminación. Sin embargo, el pacto no es estático, sino dinámico. Se renueva y cambia según los períodos y las circunstancias.
En conclusión, el pacto mundial, tal como se presenta en el libro de Ezequiel, es un pacto de esperanza y un nuevo comienzo. Garantiza no solo la redención del pueblo judío, sino también la paz del mundo entero. Este pacto nos invita a creer en un futuro mejor donde toda la humanidad pueda vivir en paz y cooperación.
Brit Olam: herencia y futuro
La exactitud literal de la Biblia nos revela un patrón fascinante: la primera vez que se menciona «Brit Olam», se dirige a todo el mundo, una promesa universal. Pero la última vez que aparece, se dirige directamente al pueblo de Israel. Paradójicamente, es a través de este enfoque específico en Israel que se cumple la promesa universal. A nuestro padre Abraham se le prometió: «Y serán benditas en ti todas las familias de la tierra» [Génesis 12:3].
Precisamente por eso elegimos el nombre "Brit Olam" para nuestra asociación. La corrección y la unificación de la sociedad israelí y la aspiración de corregir el mundo son partes inseparables de ese pacto mundial. Podemos influir en el mundo al difundir la misión noájida desde la profunda comprensión del período particular en el que vivimos: el período de la redención hebrea. El regreso del pueblo de Israel a su tierra es un punto de inflexión histórico, y es el que motiva a muchas personas a unirse a nosotros y trabajar por un mundo mejor.
Para concluir nuestro estudio, consideremos el tiempo y el lugar donde se cumplirán todos los pactos de Dios. Zacarías 14:16 describe esta escena: «Y sucederá que todos los que sobrevivan de las naciones que subieron contra Jerusalén subirán de año en año para postrarse ante el Rey, el Señor de los Ejércitos, y para celebrar la fiesta de los Tabernáculos». Este pasaje describe el período —después de la victoria de la nación hebrea en Jerusalén— y el lugar —el Monte del Templo—. Esperamos presenciar juntos este cumplimiento pronto —bendiciones desde Jerusalén.