Hola, continuamos nuestros estudios en el Capítulo Seis de Brit Shalom sobre asuntos familiares.
A partir de aquí, hay una sección al principio que llamé "Amor".
Hoy en día, el concepto de amor no se comprende tan bien. Se suele llamar "amor" a algo que en realidad es exactamente lo opuesto: el sexo, la relación física entre un hombre y una mujer cuyo propósito es brindar placer a cada uno. El hombre busca su propio placer, la mujer el suyo.
Pero cuando hablamos de amor, es exactamente lo contrario.
El hombre usa su placer para complacer a su esposa, y la mujer usa el suyo para complacer a su esposo. Esto es lo que está escrito aquí en el párrafo A: "El amor entre un hombre y su esposa es una de las expresiones más elevadas de la moralidad humana y divina".
Todo lo que aporta vida al mundo se considera un acto moral supremo. Por lo tanto, dice aquí en la sección B: “La esencia del mandamiento ‘Ama a tu prójimo como a ti mismo’ se cumple dentro de la pareja casada”.
Sí, eso es lo que dice el Talmud. Un hombre tiene prohibido casarse con una mujer que no conoce. Primero debe verla, porque va a cumplir el mandamiento “Ama a tu prójimo como a ti mismo”. Y si ella no le agrada, violará esta obligación. Así, entendemos que el amor se centra principalmente —no solo, sino principalmente— en la relación matrimonial.
¿Cómo se crea esta relación matrimonial? Hay muchas maneras, pero la más correcta es el matrimonio mediante la formalización de la relación. Como escribo aquí en el párrafo C: “La manera deseable de crear el vínculo que une a la pareja es mediante una ceremonia pública como el compromiso y un palio nupcial (jupá)”.
Sí, incluso para los Hijos de Noé, también existe el concepto de una jupá; no es obligatoria, pero es la forma deseable.
Un vínculo plenamente establecido se vuelve absolutamente vinculante después de que la pareja ha contraído matrimonio. Es decir, desde la primera vez que esta pareja tiene relaciones, desde ese momento ya están plenamente comprometidos, el uno con el otro.
