La lucha entre Caín y Abel en el relato bíblico es un poco confusa, como se dice: "Y habló Caín con su hermano Abel, y sucedió que mientras estaban en el campo, Caín se levantó contra su hermano Abel y lo mató. a él." (Génesis 4:8)
Pero ¿de dónde exactamente "se levantó" Caín?
El rabino Yojanan brindó un comentario fascinante sobre este evento, sugiriendo que Abel era físicamente más fuerte que Caín. Esto significa que, en el altercado físico, en el momento inicial, dado que Abel es más fuerte que Caín,el estaba en posición victoriosa; Abel estaba por encima de Caín. Caín se sintió amenazado por esto y le preguntó a Abel cómo justificaría su asesinato (el de Caín en manos de Abel) ante su padre. En un momento de misericordia, Abel liberó a Caín; él "se levantó". Sin embargo, este acto de bondad resultó trágico, ya que Caín inmediatamente se levantó contra él y lo mató. De este incidente surge el dicho: "No hagas bien a los malvados, y ningún mal te sobrevendrá". (Midrash Rabá 22/8).
El principal error de Abel fue que creía que Caín estaba en el mismo nivel moral que él, y así como él no encontraría la explicación moral para matar a su hermano Caín, Caín no lo mataría por la misma razón. ¡Y fue un error que le costó la vida!
Esta historia plantea la cuestión de cómo la interpretación del rabino Yojanan, que enfatiza las posibles consecuencias negativas de dar misericordia o hacer bondad a una persona malvada, se relaciona con el concepto más amplio de comportamiento moral y la necesidad de usar discreción en actos de bondad y compasión, considerando la naturaleza y las intenciones del destinatario.
La respuesta a esta pregunta reside en el dilema moral que presenta la interpretación de Rabí Yojanán. Su perspectiva sugiere que, si bien los actos de bondad y misericordia son aspectos esenciales del comportamiento ético, deben ejercerse con discreción y consideración del carácter y las intenciones de quien los recibe. En el caso de Abel, su bondad sin reservas hacia Caín finalmente lo llevó a la muerte. Esta advertencia sirve como recordatorio para reflexionar sobre las consecuencias morales de nuestras acciones y ejercer discernimiento moral en nuestras interacciones con los demás, incluso cuando se trata de actos de bondad y compasión.