Los nombres de los “Baalim”
“Yo te desposaré conmigo para siempre. Yo te desposaré conmigo en justicia, te desposaré conmigo en justicia y en derecho, en misericordia y en compasión .Yo te desposaré conmigo en Fe, y conocerás a Di-s” [Oseas 2:21-22].
-Por el Rav Uri Sherki
En ambos círculos, religiosos y laicos, es común hablar del Santo, Bendito Sea, como una “Fuerza Mayor” (“Koaj Elyon” en hebreo). Sin embargo, este concepto es totalmente erróneo, por varias razones.
La explicación más simple para este error, es que cualquier intento de definir el concepto Divinidad disminuye y distorsiona la verdad, como esta escrito ” para Ti, el silencio es alabanza” [Tehilim (Salmos) 65: 2]. Cierto es que Di-s es la fuente de toda la fuerza, pero así y todo Él está por encima y más allá de cualquier tipo de definiciones. Si miramos en profundidad, veremos que el mundo espiritual que está vinculado a tales definiciones, brilla por sus falencias. Fuerza se refiere al lado fuerte, al lado que es preferible, y no el lado opuesto. La Fuerza aplasta bajo su acción todo lo que está fuera de sus propios límites. Como resultado de este enfoque el servicio de Di-s se convierte en un servicio de interés egoísta, lleno de miedo y sin amor.
Con el paso del tiempo y la gente se acostumbró más y más a ver a Di-s como una fuerza con deseo de poder y honor, de este modo creció y se fomentó una actitud de rebeldía contra la religión y la fe, hasta que se transformó en una negación de la existencia de Di-s. La crítica hacia la religión alista para su argumentación, la demanda de la normalidad y el reclamo por las alegrías y placeres simples de la vida. Estas demandas son también parte de las condiciones básicas para servir a Di-s desde un sentimiento de Amor, que no sólo no subyugan al hombre, sino incluso lo eleva a su verdadera altura y le da “los pies de un ciervo“. ]Samuel 2: 22,34[ *.
Una relación derivada del sometimiento hacia el lado opuesto se llama “Baalut” de la raíz Baal, que significa dueño – tanto en términos de propiedad, como también en la connotación del dios cananeo, Baal*. En la Haftará de esta semana, el profeta nos da el siguiente mensaje: “ Sucederá en aquel Día, declara el SEÑOR, se me llamarás ‘ishi’ (mi esposo) y ya no me llamarás ‘Baali’ (mi dueño)”. [Oseas 02:18]. Esto significa que los vestigios de las impurezas del paganismo que se fueron impregnando en el entendimiento de la Divinidad se descartaran, y serán reemplazados por una era de puro y verdadero conocimiento de Di-s, de manera que de paso a la libertad y la verdadera conciencia de la humanidad.
Una transformación tan profunda en la conciencia humana, imprescindiblemente irá acompañada de una serie de crisis, que tienen lugar cuando se hace necesario descartar los viejos patrones de pensamiento. Y aquí es donde aparece la “corteza” del ateísmo, que no surge a raíz de una caída de la humanidad, sino debido una demanda de la aparición de una Fe más refinada y elevada: “Porque quitaré de su boca los nombres de los Baalim, y nunca más serán mencionados por sus nombres. ” [Ibíd. 02:19].
La purificación de los conceptos de la fe, llevara al fin y al cabo, a un retorno de la conciencia sobre la santidad de la naturaleza: “En aquel día haré también un pacto por ellos, con las bestias del campo, con las aves del cielo, y con los reptiles de la tierra; quitaré de la tierra el arco, la espada y la guerra, y haré que ellos duerman seguros.” [Ibíd. 02:20].
La eliminación de las impurezas del concepto de la Divinidad, garantiza que el vínculo con Di-s será eterno, puesto que ya no habrá ningún elemento que interfiera con su camino y progreso: “Yo te desposaré conmigo para siempre” [Ibíd. 2:21]. Y dentro de la Fe purificada, surgen todos los valores éticos, en perfecta armonía: “Yo te desposaré conmigo en justicia, te desposaré conmigo en justicia y en derecho, en misericordia y en compasión ” [ibid 2:21]. El resultado será la construcción de un mundo donde la única actividad del hombre será conocer a Di-s: “Yo te desposaré conmigo en Fe, y conocerás a Di-s” [ibid 2:22]. (Como escribió el Rambam, en Hiljot Melajim*, 12: 5).