Shalom Iojai, el hijo de Rav Uri Cherki, fue asesinado en un ataque terrorista en Jerusalén la noche del miércoles, 15 de abril 2015 – la víspera del Día del Holocausto. A continuación el texto de alabado y despedida pronunciado por Rav Cherki en el funeral de su hijo.
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“He aquí, sus valientes claman en las calles, los mensajeros de paz lloran amargamente.” (Isaías 33,7) “…Shalom, Shalom, y no hay Shalom” (Jeremías 6, 14)
Para vos, mi querido hijo, no es difícil. No es difícil, porque tu noble alma se eleva directamente a través de los cielos hasta el rey de la paz (Shalom). No sólo te has convertido en uno de los mártires , que ninguna criatura puede casi acercarse a ellos por su grandeza, hasta el punto de que, debido a tu mérito, rompemos la valla que prohíbe elogiar en el mes de Nissan, sino que también con tu asesinato, has mostrado un auto-sacrificio especial. Testificado por médicos que te han tratado, que sin ninguna duda, salvaste la vida de quien estaba a tu lado. Dice el “Baal Eifa SHlomo” sobre el libro “Etz Ha haim” (árbol de la vida) que aunque no tenemos hoy en día la posibilidad de elevar sacrificios en el templo, ya que no reside (por el momento) la Shekhina, a pesar de esto, por la devoción y la entrega de nuestra alma a la santidad de Di-s, podemos corregir y hacer rectificaciones, que nuestros antepasados no podían hacerlo.
Tenías un alma suprema. No podemos olvidar el tipo de consideraciones y criterios que en ti regían. Recuerdo que cuando te uniste al ejército y se te ofreció a ser uno de los fundadores de la nueva Marina , dijiste que al principio no querías hacerlo, dado que en la Marina tendrías que salir de las fronteras de Israel y ¿cómo podrías alcanzar la profecía si salías de los límites? Estas son consideraciones de personas notables. Consideraciones de alma general de Israel. ¿Por qué al final si diste tu consentimiento para unirte a la Marina? porque te dijeron que si no hay suficientes reclutas religiosos, no elevarían la petición para esta nueva unidad de la Armada. Y dijiste “debo relegar el beneficio personal para el bien de la nación.” Esta es una consideración real, de un gran hombre.
Así como tu nombre Shalom (Paz) , así eras, todo el mundo a tu alrededor hacen la paz. Siempre y dondequiera que aparecieras, donde había tensiones o conflicto, vos hacías la paz. Es tu merito, que cuando tu alma dejo el mundo, lograste que toda la familia llegara a tiempo para decir junto a ti, Shema Israel , clamar por la unidad de Di-s, y recitar las Trece Midot.
Fuiste como una columna, sólido y fresco al mismo tiempo, apacible y noble como del mismísimo Eden, asertivo y sagaz en el estudio Torá, y rudo como un árbol para ir a la guerra. Fuiste como el Rey David, pelirrojo con hermosos ojos, gran poder con sensibilidad, cuidando primero de todos, por sobre la preocupación por ti mismo. Shalom, fuiste siempre el mejor compañero, con sentido del humor, quien dispara con su arco. Incluso hace una semana fuiste a practicar con el arco que construiste por ti mismo. Como Jonathan , el hijo de Saúl (el rey) que iba a disparar con su arco, y así ser de los valientes de Israel. Fuiste muerto en esos mismos territorios, en los campos en que el hijo de Saúl, Jonathan, iba a hacer ejercicio al lado del Monte de Di-s.
El amor de Di-s latía con fuerza en tu corazón. Del amor de Di-s se reforzaron los otros amores naturales que existían en ti. El Amor con todo tu corazón y con toda tu alma, a la Torá. Tu estudio siempre fue de modo humilde, no salías con grandes declaraciones, pero fuiste sin duda un gran erudito. Estudiaste en dos Yeshivot (casa de estudios superiores de Torá) antes del reclutamiento al ejército, y de nuevo las consideraciones para hacerlo fueron muy elevadas. No es que fuiste a la Yeshiva por el buen ambiente o por las condiciones materiales. De la primera Yeshiva en la que estudiaste dijiste “Voy a esa Yeshiva para ser un erudito”. Y de la segunda Yeshiva: “Voy a esa Yeshiva , para aprender a sevir a Di-s”. Tenías la cualidad de unificar las partes de la Torá.
Tu Amor por Israel te caracterizo siempre, a cada uno y uno de Israel según sus necesidades, siempre brindaste tu apoyo a las personas que lo necesitaban. El amor a la Tierra de Israel, te encargaste de iluminarla a toda persona y conociste muy bien cada sendero del país.
Tu eres de los hijos del mundo venidero, no de quienes tienen “parte” en el mundo venidero, sino de los “hijos” del mundo por venir. Como está escrito explícitamente en el tratado de Tahanit, que la gente con un sentido del humor, son realmente de los hijos del mundo venidero. Y, sin embargo, junto a tu sonrisa cautivadora, viviste en un constante estado de profunda conciencia. Yo sé cómo el Holocausto te inquietaba y lo importante que era ese Día de Conmemoración del Holocausto para ti. Cada vez que estabas en una situación importante o frente a público y temías estallar en carcajadas, te recordabas el Holocausto y te volvías serio y grave. No en vano el día del Holocausto es el día en que te despedís de nosotros. Después de 2.000 años, nuestra familia, que estuvo dando vueltas por el mundo exiliada desde la destrucción del Segundo Templo hasta el día que regresamos a este país, y no para ser enterrados, ni asesinados, sino para ser sembrados.
Esperábamos que fueras parte de la generación de la siembra y con tu asesinato se blasfemo en nombre de Di-s. Fuerzas jóvenes y elevadas, las cuales ruines villanos de la mayor bajeza posible , no pueden aprecian su valor. Por el delito de blasfemar el nombre de Di-s, mueren jóvenes israelíes, la enmienda es por la santificación del nombre de Di-s por duplicado. La santificación de Di-s vendrá por nuestro trabajo, nuestro trabajo como individuos y el trabajo del gobierno que sabrá como sembrar correctamente al pueblo de Israel en su tierra.
Él tenía 26 años. Ustedes son los hijos al Señor tu Di-s , Y. H. V. H .De los Hijos gloriosos de la nación. Tu maravillosa alma ahora añade más y más luz. ” No lloréis por el muerto ni hagáis duelo por él, llorad amargamente por el que se va, porque jamás volverá ni verá su tierra natal. “(Jeremías 22,10) dijeron nuestros sabios, “el que se va”, es quien se va sin hijos. Nosotros debemos ser su continuación, construir lo que él no pudo conseguir, porque no pudo traer hijos, construir con gran intensidad de vida, renovada y maravillosa.
“Demasiado tiempo ha morado mi alma con los que odian la paz. Yo amo la paz, más cuando hablo, ellos están por la guerra.” (Salmos 120,6-7)
Nuestra familia se fortalecerá, por la fuerza de Shalom, y tu Shalom, tú ve, ve en paz y descansa, para levantarte y afrontar tú destino en el final de los tiempos.